El Gobierno chino ha anunciado su intención de poner en marcha el proyecto más ambicioso de ferrocarril de toda la historia: unir el continente asiático y el continente americano a través de una misma vía férrea.
Durante décadas, Rusia y Estados Unidos han dialogado sobre la posibilidad de construir un túnel bajo el Estrecho de Bering, entre Alaska y Siberia, pero las habituales malas relaciones entre ambos países han dado lugar a que el proyecto no se materialice.
Ahora, China ha decidido tomar la iniciativa y planea construir un túnel que atraviese China, Rusia, Canadá y que desemboque en los Estados Unidos. Todo a ello a una velocidad que permita realizar el viaje completo en menos de dos días.
A pesar de las grandes dimensiones del proyecto, representantes de los gobiernos de los países afectados y del sector de la logística han destacado que la construcción de esta vía férrea podría ser un importante impulso para la economía de todos los países por los que pase la misma, lo que mejorará tanto el transporte de mercancías como el turismo. Además, funcionará como una herramienta más para conseguir una convivencia pacífica entre culturas.
El interés de China en los túneles submarinos, como el que sería necesario para atravesar el Estrecho de Bering, no es nuevo. El Gobierno chino está trabajando en su país en un proyecto que podría dar lugar a la construcción de un túnel submarino de 76 metros de longitud, para unir las ciudades de Dalian y Yantai.
En Europa, los túneles ferroviarios submarinos están ya en marcha. Uno de los últimos ejemplos es el túnel ferroviario bajo el Estrecho del Bósforo, que conectará Europa y Asia.
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