La desaceleración de la economía china está afectando a la eurozona y podría obligar a los bancos centrales europeos a bombear aún más dinero al sistema. El Banco Central Europeo (BCE) ha recortado su pronóstico de crecimiento del PIB de la zona euro para este año y el próximo, apuntando directamente a la caída en la demanda china.
Las proyecciones de inflación se han rebajado también, diciendo que los precios al consumidor en los 19 países de la zona euro podrían aumentar solo un 0,1% en 2015.
La deflación incluso podría regresar brevemente debido a la caída del precio del petróleo, ha explicado el presidente del BCE, Mario Draghi. El presidente Draghi ha añadido que “podríamos ver números negativos en la inflación en los próximos meses”.
El BCE ha estado comprando 60.000 millones de euros en bonos del gobierno y otros activos desde marzo. A pesar de los efectos negativos de la desaceleración de China, la balanza comercial de la eurozona registró un superávit histórico en el primer semestre de 2015.
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