El Gobierno chino ha anunciado la próxima inversión de 32.000 millones de euros para mejorar las infraestructuras que forman parte de la antigua ruta de la seda. El objetivo es reactivar las vías de comunicación y acabar con el cuello de botella que dificulta las comunicaciones en Asia.
China es en la actualidad la segunda economía a nivel mundial. Gran parte de sus relaciones comerciales se dan con países no asiáticos y, a través de la inversión en nuevas infraestructuras, el Gobierno chino pretende que el crecimiento económico se extienda a otros países del sur y el este de Asia que están menos desarrollados.
Para llevar a cabo las mejoras en infraestructuras se ha creado un fondo denominado SRF que está abierto a inversiones llegadas de todas las partes del mundo. El organismo gestor del SRF tendrá su sede en Pekín y se encargará de desarrollar y ejecutar una estrategia que mejore las infraestructuras y las relaciones políticas y económicas entre los diferentes países de la región asiática.
Además de la inversión en infraestructuras para facilitar las comunicaciones, el Gobierno chino ha puesto en marcha un programa para modernizar el sistema logístico del país y reforzar su modelo de crecimiento.
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