Desde hace unos meses, Nicaragua está inmersa en la planificación de un canal que permitirá el paso del mar Caribe al océano Pacífico.
Desde un primer momento, el proyecto no ha estado exento de polémica. La financiación de la obra por parte del empresario chino Wang Jing, propietario de la empresa HKND Group, levantó en su día sospechas sobre el interés del Gobierno chino en este canal.
La polémica alcanzó tal dimensión que el propio Wang Jing tuvo que aclarar que no tenía ningún tipo de vinculación con el Gobierno de su país y que se trataba de una inversión con fines meramente empresariales ya que la empresa de Jing se adjudicará los derechos de explotación del canal por un período de 50 años, prorrogables por otros 50.
La entrada de Rusia en el proyecto para brindar apoyo organizativo y de seguridad ha sido otro punto de fricción entre los partidarios de la construcción del canal y los detractores ya que el acuerdo entre Nicaragua y Rusia permite que barcos y aviones rusos surquen el espacio marítimo y aéreo de Nicaragua sin restricciones.
Además, el Gobierno nicaragüense se ha encontrado con la firme oposición de los ecologistas, que consideran que el proyecto tendrá un impacto negativo en el medio ambiente del país. A ellos se han sumado otras voces críticas que consideran que el proyecto supone entregar una importante parte del país a China.
A pesar de la gran oposición al proyecto, el Gobierno de Nicaragua ha seguido adelante con la tramitación del proyecto y el Secretado de Políticas Públicas anunció hace unos días que esta semana se desvelará el itinerario del canal.
El proyecto pasa por comenzar las obras el próximo mes de diciembre para que en 2019 puedan comenzar a operar algunos tramos del canal. La obra completa no estaría terminada hasta al menos dos décadas después del inicio de la misma.
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