El principal freno a la inversión inmobiliaria, señalado por un 45% de los panelistas del sexto Barómetro Inmobiliario IPD-Tinsa, es la escasez de producto. Fruto de la mayor competencia generada por las Socimi, los inversores del panel han revisado a la baja su previsión de rentabilidades para los activos prime a finales de 2014.
Las oficinas localizadas en el distrito de negocios de Madrid siguen siendo el producto estrella para el 47% de los inversores consultados, seguidas de los centros comerciales. El 29% de los panelistas prevé reducir su exposición al mercado de oficinas fuera de Madrid y Barcelona.
La falta de inversión durante la crisis ha derivado en un parque obsoleto que abre, según los inversores, oportunidades de negocio en el ámbito de la rehabilitación o la gestión de cambios de uso.
Aunque los compradores siguen decantándose por activos con flujos de caja garantizados, empiezan a poner sus ojos en activos de mayor riesgo, ubicados en zonas secundarias, con desocupación o para reestructurar, al entender que podrán obtener una mayor rentabilidad en el futuro.
En este sentido, el 30% de los panelistas se reconoce interesado en inmuebles para reestructurar y un 23% en activos con desocupación.
La inversión en los mercados inmobiliarios de oficinas de Madrid y Barcelona alcanzó un volumen de 697 millones de euros en el primer semestre del año, un 48% más que el mismo período de 2013.
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