La acción directa, introducida en la nueva LOTT –Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres-, permite al transportista impagado reclamar la deuda no sólo a su primer cargador, normalmente intermediario, sino al cargador principal.
Entró en vigor el 25 de julio, y ya comienza a surtir un efecto concreto en la cadena de contratación, pese al escepticismo inicial.
Varios de los actores principales de la dicha cadena están prestando más atención y verificando que quien realiza el transporte sea en la medida de lo posible la empresa contratada. Es decir, se está acortando la cadena. Nadie quiere tener una acción directa o queja de algún eslabón perdido de la cadena al cargador principal, que es el cliente, al que hay que cuidar. Entre otras cosas porque este cliente podría incluso desconocer la existencia del proveedor en cuestión. Es decir, desconoce lo larga que la cadena puede llegar a ser.
Por otro lado, los principales cargadores están modificando sus formas de pago y exigiendo certificados de solvencia y pagos a los otros eslabones de la cadena, para cubrirse las espaldas.
No estamos todavía en Francia, donde el mecanismo de la acción directa es respetado y temido, pero ya podemos observar pasos en esa dirección.
Deje un comentario