Hace unos días, un joven moría en uno de los buques de Carnival en Miami, mientras que en Corea del Sur un barco encalló con 110 pasajeros a bordo. Estos incidentes han desatado de nuevo las alarmas sobre la seguridad a bordo de los buques.
De hecho, Kendall Wernet, de 20 años y oriundo de Carolina del Norte, falleció a finales del mes de septiembre tras caer del mástil de uno de los buques de crucero de Carnival. Wernet y otros jóvenes habían accedido a una zona restringida y habían subido al mástil de la nave para ver el amanecer, pero el movimiento del mástil al acercarse el barco al Puerto de Miami causó la caída del joven, provocando su muerte unas horas después. Los expertos en seguridad han mostrado su preocupación ya que varios testigos han afirmado que la noche anterior ya habían visto a un grupo de personas subir por el mástil.
Mientras tanto, en Corea del Sur encallaba hace unos días un barco con 110 pasajeros a bordo y se especula con que el capitán podría haberse derivado de la ruta de navegación que conocía. Según ha informado la guardia costera, la buena actuación de la tripulación unido a la tranquilidad de los pasajeros permitió que el rescate pudiera hacerse en apenas 20 minutos y sin tener que lamentar víctimas.
Para reducir los daños producidos en accidentes marítimos, Taso Kounoudes de SignalGeneriX y Zacharias Siokouros del Instituto del Mar Mediterráneo Oriental han puesto en marcha con el respaldo de la Unión Europea el Olympia The Lynceus Project, cuyo objetivo es mejorar la seguridad en los buques en caso de accidente.
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