Desde que anunciara la suspensión de todos sus vuelos el pasado 24 de marzo, Ryanair se ha mostrado como una de las aerolíneas con más prisa porque regresen los viajes de corta distancia, evitando pérdidas que puedan llevarla a tener que bajar las persianas, como ya amenazaron sus directivos.
Pues bien, la low cost es ahora una de las primeras en confirmar que reanudará “el 40%” de sus trayectos desde el 1 de julio, iniciando una temporada de verano completamente atípica, y que permanecerá supeditada a todo lo que ocurra con el coronavirus.
La irlandesa se mantiene por ahora a la espera de que las restricciones de vuelos entre los diferentes países de Europa sean levantadas, algo en lo que confían sus responsables, y es consciente también de que tendrán que adaptarse los aeropuertos para cumplir con las nuevas normativas de seguridad.
Más allá de eso, los ejecutivos de Ryanair están confiados en que, a partir de julio, podrán operar unos 1.000 vuelos diarios, multiplicando varias veces los apenas 30 que realizan ahora mismo cada jornada, y comenzando también a revertir las millonarias pérdidas que viene sufriendo como el resto del sector.
Eddie Wilson, consejero delegado del grupo, ha adelantado además que por ahora no harán caso a las recomendaciones de dejar asientos libres dentro de las aeronaves, aunque limitarán los movimientos dentro de la cabina, obligarán a utilizar mascarillas y realizarán controles de temperatura a los viajeros.
Por supuesto, aún queda por verse cuál es la predisposición que tienen las personas a volar mientras la pandemia no haya sido completamente resuelta o controlada, ya que analistas esperan que el impacto psicológico sea muy superior al causado, por ejemplo, por los atentados a las Torres Gemelas.
