Luego de la fusión de Iberia y Air Europa, que les ha permitido a estas dos compañías ofrecer vuelos a precios muy por debajo de mercado, las autoridades del Gobierno han expresado su conformidad con la posible entrada de nuevas aerolíneas que eviten un oligopolio aéreo en el país.
En tal sentido, las últimas informaciones señalan que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha decidido “simplificar” el procedimiento que deben llevar adelante las empresas que quieran comenzar a operar vuelos en España, explotando sus propios servicios aéreos.
Una de las modificaciones seguramente más importantes que se producen es la aparición de un mecanismo telemático para la realización del trámite, de manera que todo el paso a paso burocrático, que incluía decenas de trámites, queda reducido a sólo algunas presentaciones telefónicas o digitales.
Una vez que los responsables españoles y la Comisión Europea hayan dado el visto bueno a las operaciones de estas aerolíneas en el país, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea –AESA– también enviará a las firmas sus resoluciones en formato digital. Las apelaciones del caso, de ser necesarias, podrán gestionarse online.
El objetivo es que, además, se acorten los plazos, indicándose que no deberían pasar más de “tres meses desde la fecha en que haya tenido entrada la solicitud en el registro electrónico de la Agencia, sin perjuicio de la subsanación de la solicitud, cuando proceda, en el plazo de diez días”.
Todo esto en un contexto que requiere de medidas, teniendo en cuenta que cuando se complete la fusión entre Iberia y Air Europa a finales de este año, el Grupo IAG acumulará el 40% de los pasajeros que transitan por España. A las dos anteriores hay que sumarle Vueling, Level, British Airways y Aer Lingus, claro.