Aunque mucho se viene comentando acerca de la crisis que atraviesan las aerolíneas debido a la poca demanda tras la pandemia por coronavirus, el sector del transporte terrestre de personas no se encuentra mejor. Una buena muestra de ello es la, ya casi segura, desaparición de Eurolines.
Luego de 35 años de prestar servicios en buena parte del continente, la compañía francesa quedó al borde del abismo en estas horas, cuando un juzgado francés la puso en liquidación, lo que ha derivado, a su vez, en que dejará de trasladar clientes desde hoy, viernes 24 de julio.
Por supuesto, hay que recordar que esta histórica empresa vendió parte de su negocio al grupo alemán FlixBus el año pasado, casi como un símbolo del traspaso del liderazgo que se produce en la categoría.
Ya en junio pasado, cuando se habían acumulado casi tres meses del cese total de actividades y las pérdidas ya se habían vuelto irreversibles, el propietario de la firma había iniciado el procedimiento de quiebra para el grupo francés. Procedimiento que, ahora, llega a esta instancia.
“Flixbus ha vaciado a Eurolines de su fundamento y probablemente ahora se deshaga de los trabajadores sin pagar”, comentó un abogado que participa en el juicio, culpando a FlixBus de querer aprovechar la situación global para deshacerse de su división menos rentable.
Más allá de esto, todo el mundo coinciden en que la ya de por si delicada situación financiera que exhibía Eurolines desde hace un tiempo, “se vio agravada repentina y fuertemente por la crisis económica causada por el coronavirus”. Esperemos que no ocurra lo mismo con otras.