La marca alemana de vehículos Volkswagen, concretamente en su fábrica ubicada en Navarra (España) ha señalado que disminuirá su producción en 11.000 coches, como consecuencia de la caída de ventas de los automóviles diésel.
Además, la planta del Grupo Volkswagen de Landaben (Pamplona) tiene previsto presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de ocho días. Por eso, el parón supondrá un descenso en la producción de unos 11.000 vehículos, cuando las instalaciones fabrican unos 1.400 coches por día del modelo Polo.
Asimismo, se le suma a la caída en ventas de los coches diésel, las nuevas pruebas de homologación WLTP. A diferencia del anterior NEDC, implican efectuar exámenes de consumo y emisiones a todas las versiones de un vehículo.
La misma fábrica ha explicado que “podríamos haber solucionado la falta de motores de gasolina, pero hay versiones que están pendientes del nuevo protocolo de homologación”.
Por otro lado, Volkswagen ha aumentado su trabajo en lo que se refiere a conducción autónoma. De hecho, el fabricante trabaja en un proyecto de información medioambiental de los vehículos a través de sensores que generan mapas de calidad del aire en tiempo real.
