La corporación automovilística Ford cerrará las dos plantas que tiene en Australia, situadas en Broadmeadows y en Geelong, en octubre de 2016, lo que supondrá la supresión de 1.200 puestos de trabajo, informó la empresa estadounidense en un comunicado.
La multinacional está envuelta en un proceso de transformación de sus operaciones en Australia, que, además de incluir el cese de su actividad industrial en el país, también contempla el lanzamiento de nuevos productos, la mejora de sus servicios y de sus ventas, así como la creación de una estructura de negocio más eficiente.
Ford indicó que su decisión de poner fin a su actividad productiva en Australia se debe a la cada vez más complicada situación del mercado, debido a la fragmentación y a la subida de los costes de fabricación. La firma recordó que en los últimos cinco años ha registrado 600 millones de dólares australianos de pérdidas (unos 455 millones de euros al cambio actual) en el país.
El presidente y consejero delegado de la empresa en Australia, Bob Graziano, indicó que toda la compañía continúa comprometida con la larga historia de servicio a los clientes del país, con los mejores vehículos que ofrecen la última tecnología con un precio asequible.
“Desafortunadamente, con motivo de la complicada situación del mercado, no estamos en disposición de poder hacerlo a largo plazo si continuamos con la producción local”, añadió el directivo de la multinacional estadounidense.
La corporación del óvalo señaló que, durante los próximos tres años, seguirá trabajando con los empleados afectados y con los representantes sindicales en relación con el proceso de cierre de los dos centros productivos que mantiene en el país.
Ford explicó que, a pesar de esta decisión, se mantendrá como un empleador relevante en Australia, con más de 1.500 trabajadores, al tiempo que seguirá manteniendo una red de concesionarios formada por 200 puntos de venta.
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