Los seguros de impago de alquiler son aquellos a los que el arrendador de una vivienda puede acogerse para evitar la preocupación que produce el hecho de no saber qué tipo de inquilino habita en su vivienda.
Cada vez se pueden encontrar más compañías que ofrecen seguros de impago de alquiler, garantizando la protección al arrendador en caso de que el inquilino no cumpla con sus pagos y el propietario del piso se quede sin cobrar la renta.
La principal cobertura de estos seguros de impago de alquiler es que se hacen cargo de las rentas impagadas dentro de los límites establecidos en la póliza. Pero, además, también existe la posibilidad de ampliar la cobertura a los desperfectos que sufra el piso, respondiendo ante los daños que pueda ocasionar el arrendatario en el inmueble.
El casero también puede pedir garantías adicionales al inquilino, como un aval bancario, la entrega en metálico de una cantidad equivalente a ciertas mensualidades de renta o presentar el depósito obligatorio en el organismo autonómico correspondiente.
Cualquier prevención ante los imprevistos que puede ocasionar el alquiler de un piso será fundamental para la tranquilidad del propietario, por lo que se recomienda dejar en manos de profesionales y aseguradoras de confianza este tipo de cuestiones.
