Mientras Amazon fortalece su red de estaciones logísticas en España, la compañía de Jeff Bezos acaba de encontrarse con una mala noticia: la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia -CNMC- le considera un servicio postal mal, por lo que le obligará a cumplir con las obligaciones del sector.
En otras palabras, para Competencia no existen diferencias en la práctica entre las soluciones que brinda la firma norteamericana y otros operadores postales, como Correos, Seur o MRW.
Según sus representantes, la estadounidense “cubre la totalidad de las fases del ciclo, tiene una capacidad plena de control y de dirección sobre el servicio y además, presta sus servicios a terceros”. Éstos son los motivos por los que deberá acogerse a la normativa postal en el futuro.
Hay que recordar que, hasta ahora, Amazon se regía por la más flexible ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, si bien hace bastante tiempo que se venía rumoreando acerca de este cambio de clasificación, que le deja a la empresa un margen de un mes para sumarse al Registro de Empresas de Servicios Postales, si bien no se descartan recursos judiciales al respecto.
De hecho, especialistas en esta clase de disyuntivas han explicado que el gigante de la distribución cuenta con un plazo de dos meses para interponer un recurso ante la Audiencia Nacional.
¿Y cuáles son las nuevas obligaciones que asumiría Amazon en caso de progresar la idea de Competencia? En primer término, debería informar sobre el precio de envío de sus paquetes, además de guardar el secreto postal de las comunicaciones y, por último, ceder nuevos derechos a los clientes.