21 - 05 - 2025

    ¿Crees que has trincado bien la carga? Estas señales dicen lo contrario

    sistemas de trincaje

    La mayoría de los profesionales del transporte están convencidos de que aseguran correctamente su mercancía. Lo han hecho decenas o cientos de veces, conocen los materiales y confían en su método. Pero los problemas de sujeción no siempre se muestran de inmediato. A veces se manifiestan a medio camino, en una curva cerrada o al abrir la compuerta al llegar a destino. Y entonces ya es tarde.

    Existen señales sutiles que evidencian que algo no se ha hecho bien, por lo que aprender a leerlas puede evitar daños, multas o algo peor. En este artículo, analizaremos algunas de estas y cómo actuar en consecuencia de la mano de la empresa de J2 Servid, especialistas en sistemas de trincaje para la protección de mercancías.

    Movimiento interno inesperado durante el trayecto

    Una de las primeras alertas de un mal trincaje no es visible, sino perceptible. El conductor puede notar vibraciones anómalas, pequeños golpes o ruidos que no deberían estar ahí. Esto ocurre cuando la carga no está completamente inmovilizada y encuentra pequeños márgenes para desplazarse con el movimiento del vehículo. Aunque no siempre genera daños inmediatos, ese juego interno desgasta el embalaje, afloja las sujeciones y puede provocar un desequilibrio en momentos críticos como frenadas o giros bruscos.

    Es habitual pensar que si la carga “no se ha caído” es porque estaba bien asegurada. Pero muchas veces ha llegado intacta por suerte, no por técnica. Una mercancía que se ha movido dentro del contenedor ya está avisando de que algo no se hizo bien al inicio.

    Cintas demasiado tensas, o demasiado flojas

    El uso del fleje o de cinchas de amarre no garantiza por sí solo una sujeción eficaz. La tensión aplicada a estos elementos puede ser otro indicio claro de un mal trincaje. Una cincha excesivamente tensada puede dañar la carga, deformar cajas o comprometer materiales frágiles. Al contrario, si se nota floja tras unas horas de ruta, es señal de que no se aplicó correctamente el tensado o de que el tipo de trincaje no era el adecuado para la mercancía.

    En algunos casos, lo que parece una buena práctica —como aplicar más fuerza para “asegurar mejor”— acaba provocando roturas internas en palés que no estaban preparados para tanta presión. La clave está en la proporción, en conocer los límites del material y en aplicar tensión suficiente para fijar, pero sin alterar el contenido.

    Revisión de la carga tras trayectos cortos

    Si tras apenas 50 o 100 kilómetros la mercancía ha perdido tensión o ha cambiado su posición, no es porque el camino haya sido complicado. Es porque el sistema de sujeción no está haciendo su trabajo correctamente. Una carga bien asegurada debe mantenerse estable durante todo el viaje, sin necesidad de realizar correcciones cada pocos kilómetros.

    Este tipo de revisiones frecuentes indican que se está confiando en soluciones poco eficaces o mal aplicadas. Y aunque esa comprobación pueda evitar el problema mayor, no debería ser necesaria si se ha planificado bien desde el principio.

    Deformación del embalaje o desplazamiento visible

    Hay momentos en los que la propia mercancía delata el fallo. Al llegar al destino y abrir el contenedor, puede notarse que algunas cajas están ligeramente desplazadas, torcidas o incluso deformadas por la presión o el movimiento. Aunque desde fuera no se aprecien roturas graves, esa alteración en la forma o en la disposición original ya implica que el sistema de trincaje no ha funcionado como debería.

    El problema se agrava cuando se usan elementos improvisados o no homologados para sujetar la carga. En otras palabras, utilizar madera suelta, cintas recicladas o elementos de sujeción no diseñados para ese tipo de mercancía aumenta las probabilidades de que se produzcan estos fallos.

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