La sequía que afecta al Canal de Panamá ha tenido un impacto significativo en el comercio marítimo mundial. Esta situación ha llevado a la imposición de restricciones de calado, lo que significa que las naves más grandes deben reducir su calado, llevando menos carga o reduciendo su peso. Estas restricciones han provocado retrasos y mayores costos para las mercancías que se envían a través del canal, que suele manejar el 5% del comercio marítimo mundial anual.
El Canal de Panamá, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, ha estado luchando con la escasez de suministro de agua desde antes de una ampliación en 2016 que permitió el paso de buques mucho más grandes. La sequía ha sido tan severa que se espera que los niveles de agua del lago Gatún, el mayor de los dos lagos que alimentan el canal, alcancen mínimos históricos en julio. Esto restringirá aún más el calado de los barcos y la cantidad de carga que pueden transportar.
Como resultado de estas condiciones, varias navieras han anunciado límites de peso o han impuesto tarifas por contenedor de entre US$300 y US$500 a partir del 1 de junio en respuesta a las medidas del canal. Aunque los buques de transporte de GNL no se ven tan afectados por los cambios de calado, los cuellos de botella son motivo de preocupación, especialmente teniendo en cuenta que se espera una expansión de las exportaciones de GNL de EE.UU. en los próximos cinco años.