El tramo de la Ruta Nacional 7, en Buenos Aires, fue transformado en una autopista, como respuesta a los constantes accidentes viales que ocurren allí. Es una vía usada con frecuencia del transporte terrestre de carga pesada.
La nueva autopista bordea de San Andrés de Giles y evita que el tránsito pasante y de cargas tenga que atravesarla, beneficiando a más de 9.000 usuarios al día. Forma parte de la Autopista Luján-Junín, proyecto financiado por el Ministerio de Transporte, a través de Vialidad Nacional, por 13.900 millones de pesos argentinos.
Este tramo se ubica séptimo en el índice de peligrosidad de Buenos Aires: en promedio en los últimos 4 años hubo 2 accidentes por mes y 3 víctimas. Además, se registraron 27 siniestros por año. Estos números se encuentran 3 veces por encima de los del resto de la ruta 7 en Buenos Aires.
La variante de San Andrés de Giles es una autopista de 8 kilómetros de extensión cuyo principal objetivo consiste en desviar el tránsito pesado fuera del centro urbano de la ciudad.