El almacenamiento flotante de petróleo y sus suministros va en aumento en forma contraria a las señales a la baja que da la economía mundial, marcada por la pandemia de COVID-19. Esto ocurre cuando el espacio para guardar barriles de crudo en tierra está a punto de alcanzar su capacidad máxima, puesto que los suministros son superiores en relación con la demanda.
Transfigura, una compañía operadora del ramo, ha contratado al menos cinco de los mayores tanqueros, con capacidad para almacenar hasta 2 millones de barriles de petróleo cada uno, conocidos como VLCC.
En ese ámbito, diversos buques recientemente fabricados en el mundo están destinados a almacenar gasolina y diésel, por lo que estos volúmenes son especialmente elevados tras una lenta recuperación.
Esta acumulación ocurre pese a que grandes productores como Arabia Saudita y Rusia han recortado su producción, sumado a que las refinerías han desacelerado sus operaciones. Otros operadores como Vitol, Litasco y Glencore han contratado en los últimos días tanqueros de grandes dimensiones para almacenar diésel por hasta 90 días.