La guerra en Ucrania ha provocado algunos problemas en la cadena de suministros mundial, sobre todo las relacionadas a los productos que desde la zona en conflicto se usan en otras partes del mundo.
La invasión a Ucrania amenaza más de una cuarta parte de los envíos de trigo del mundo y alrededor de una quinta parte del maíz.
Y América Latina es una de las zonas más vulnerables a sufrir escasez de algunos insumos, por ejemplo: fertilizantes.
La firma de servicios bancarios y financieros basada en Países Bajos, Rabobank, indicó que aunque la guerra no tendrá un impacto inmediato en los precios y la producción de alimentos, podría provocar fuertes alteraciones dentro de unos meses.
El reporte de Rabobank indica que América Latina está “muy expuesta”, debido a que “la disponibilidad de potasa para la producción de soja podría verse comprometida, ya que Bielorrusia y Rusia representan el 40% de la producción y las exportaciones mundiales de potasa”.
Sin embargo, los mercados latinoamericanos no necesitan fertilizantes en sus campos hasta septiembre, lo que significa que tienen que llegar a los puertos brasileños en julio-agosto y todavía hay tres meses para encontrar una solución.