Con el reflote del Ever Given y el desbloqueo del Canal de Suez no se acabaron los problemas para el megabuque. Su situación legal se complica mientras los dueños de su carga se enfrentan a nuevos retos.
El barco, perteneciente a Shoei Kisen Kaisha, de Japón, sigue anclado en Great Bitter Lake, en Egipto, cuyo Gobierno anunció que no lo dejará partir sin que antes se paguen las compensaciones que impone.
Y a esa decisión están atados miles de contenedores de bienes, cuyos propietarios se enfrentan ahora a nuevos pagos y complicaciones para conseguir ponerlos nuevamente rumbo a su destino.
En un reporte del Wall Street Journal se explica que el estancamiento legal del Ever Given deja a los expedidores en el limbo de las disposiciones del derecho marítimo internacional y de los contratos que pueden exigir que las empresas que envían los bienes compartan los costos para sacar al buque del apuro.
Y es que Shoei Kisen está pidiendo a los expedidores que paguen parte de los costos de liberación del buque que se estiman en unos US$2 millones, según diversas fuentes.
Sin embargo, antes de que el buque pueda zarpar, los propietarios de la carga tendrán que pagar un depósito de seguridad que asciende a alrededor del 10% del valor estimado de la carga como garantía de que acatarán la resolución de un perito de seguros cuando llegue la factura final.
El buque, operado por Evergreen Marine, transportaba unos 18.000 TEUs, en un viaje de Asia a Europa cuando encalló el 23 de marzo.