El ferrocarril Arica – La Paz, que completó una exitosa prueba de nuevo arranque el mes pasado y es rechazado por los camioneros bolivianos, tendría un impacto positivo para el comercio exterior del país andino.
“No solo mejorará el flujo de cargas, sino que también permitirá regular las tarifas y, lo más importante, descongestionará el puerto de Arica, reduciendo así costos adicionales de despacho indirecto y pago por demoras a las navieras”.
El análisis es del economista Rolando Kempff, que difundió el diario La Razón, agregando además la posibilidad de devolver los contenedores vacíos antes de 21 días y por ende hará factible la reducción de los pagos por demora.
Para operar entre Charaña y Viacha, el tren no necesita autorización, ya que posee un contrato vigente con el Estado. “Esta compañía transportaría 320.000 toneladas anuales, tanto de ida como de vuelta. Se transportaría como máximo el 16% de la carga de Arica”, apuntó el economista.