.Ozone Drive, start-up española, ha lanzado una campaña ‘crowdfunding’ para financiar el Carsharing, un coche 100% eléctrico. La compañía ha anunciado que por cada 5.000 euros que recaudados se fabricará un nuevo vehículo.
La campaña se ha lanzado en la plataforma Indiegogo en más de 190 países y está respaldada por la Universidad de Berkeley (California) y su programa ‘International Business Development’.
.Ozone Drive busca crear una flota de coches eléctricos para ponerlos en alquiler en zonas e islas del Mediterráneo. Los coches eléctricos, según afirma la empresa, contarán con la autonomía suficiente para circular durante todo un día y se recargarán durante la noche.
.Ozone Drive cree que a través de esta campaña de ‘crowdfunding’ serán capaces de conseguir la financiación suficiente para incorporar entre 20 y 25 coches a su flota.
De acuerdo con el fundador de .Ozone Drive, Ángel Samartino, “disponer de una flota de 20 coches eléctricos nos permitirá ofrecer a los turistas experiencias de transporte inolvidables, atractivas y con cero emisiones para el medio ambiente. Y, lo que es más importante: podremos seguir incrementando el número de personas que descubren la movilidad eléctrica y la incorporan después en su vida diaria”.
.Ozone Drive ofrece a los donantes una serie de recompensas a cambio de su colaboración en el proyecto. Entre ellas, está conducir un BMW i3 por el área del Mediterráneo, acceder a las carreras de Fórmula E o un ‘testdrive’ de un coche eléctrico en Madrid.
“Los consumidores tienen cada día mayor poder de decisión sobre los servicios que les gusta disfrutar. Si deciden apoyar esta campaña podrán disfrutar de movilidad 100% eléctrica en sus próximas vacaciones”, afirma Samartino.
En España cada vez se buscan más nuevas vías de movilidad sostenible como el coche eléctrico. De hecho, la primera edición del Foro de Movilidad Alternativa y Seguridad Vial de Málaga reunirá a expertos en movilidad sostenible el próximo 29 de abril para analizar las tendencias del sector en España y garantizar que los sistemas de transporte respondan a las necesidades económicas, sociales y ambientales, reduciendo al mínimo sus repercusiones.
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