La Tierra está en constantes cambios y en la NASA lo saben. Rastrear con precisión esos cambios físicos del planeta se podrá a partir del 15 de septiembre cuando entre en órbita un nuevo satélite.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) recopilará datos como la altura de los glaciares, capas de hielo, la altura en las regiones templadas y tropicales del planeta.
Se trata del ICESat-2, que estará dotado con un altímetro láser para detectar fotones individuales, para medir, además, la elevación de capas de hielo, hielo marino y bosques.
El satélite, capaz de hacer un inventario de la vegetación en los bosques del mundo, estará en órbita por tres años y despegará de la Base Aérea Vandenberg en California.
El ICESat-2 llevará a bordo un único instrumento llamado ATLAS, que medirá los tiempos de viaje de los pulsos de láser para calcular la distancia entre la nave espacial y la superficie terrestre.