La estabilización de una vivienda mediante micropilotes es algo bastante habitual. Este procedimiento es aplicable cuando las capas superficiales de terreno no poseen la capacidad portante suficiente para absorber las cargas trasmitidas por la estructura y con el micropilote intentamos trasmitir estas cargas en profundidad a un estrato resistente.
Los micropilotes son, por tanto, elementos de cimentaciones profundas, de menor tamaño que un pilote, de sección circular y pequeño diámetro, de hasta 350 mm, con una alta capacidad portante a compresión.
Son perforados en el terreno, armados con una tubería de acero de alta resistencia, perfiles o barras e inyectados con lechada o mortero de cemento, que recubre la armadura y que consigue una óptima adhesión al terreno.
En función de cómo se ejecutan se dividen dos grandes grupos de micropilotes:
a) Por hinca, prefabricados
Se hincan en el terreno mediante unas máquinas a golpe de maza, con martillo neumático o gato hidráulico, son prefabricados y están constituidos en toda su longitud mediante tramos ensamblables.
b) Hormigonados in situ:
Su técnica de ejecución pasa por la perforación, inclusión de una armadura y posterior relleno de la perforación mediante hormigonado.
Un ejemplo de los micropilotes por hinca lo vemos en el método GROUNDFIX® de Geosec, realizados en acero estructural S355JR mediante elementos tubulares de 1,00 m. se lleva a cabo la hincan a presión en el terreno a través de gatos hidráulicos fijados a la cimentación existente mediante placas y morteros de anclaje de alta resistencia.
Se trata de una técnica de gran versatilidad que presenta muchas ventajas con respecto a las técnicas de pilotes tradicionales, entre las cuales sobresaltan: La posibilidad de hacer una prueba de la capacidad portante de cada pilote, la ausencia de residuos, la rapidez de ejecución, la poca invasividad en obra y la ausencia de vibraciones durante la instalación de pilotes, entre muchas otras.
