El lago Titicaca, ubicado en el departamento peruano de Puno, está enfrentando una crisis hídrica que amenaza con dejar inutilizados más de cinco de sus puertos. Esta situación se debe a la sequía y la falta de lluvias que han afectado la región, causando una disminución alarmante en el nivel del agua del lago.
El Titicaca, con un área de 8.300 kilómetros cuadrados, es un lago compartido por Perú y Bolivia, con el 56% de su área perteneciente a Perú. La sequía ha afectado no solo los puertos, sino también los canales que conectan a las tres principales islas existentes en el lago. Esto ha llevado a los pobladores a realizar trabajos de descolmatación, es decir, limpieza de los fondos del lago, de manera artesanal para permitir el paso de naves de pequeño tamaño.
Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, desde abril el lago ha disminuido en 76 centímetros el nivel de sus aguas, a causa de la presencia del fenómeno El Niño, que consiste en la llegada de corrientes de agua caliente al mar ubicado frente a las costas de Perú y Ecuador, lo que produce una alteración de sus aguas naturalmente frías. Como resultado, se producen precipitaciones abundantes en la costa y los Andes bajos, así como sequías en las zonas altoandinas. La situación actual del lago Titicaca es un claro ejemplo de los efectos de este fenómeno climático.