Los puertos de Los Ángeles y Long Beach, en Estados Unidos, reportan una congestión de buques sin precedentes, lo que agrava el cuello de botella en la puerta de entrada más transitada para las importaciones del país norteamericano.
Un récord de 38 portacontenedores están esperando espacio de atraque, 36 anclados y otros dos que fueron dirigidos a esperar en áreas designadas en el mar hasta que los anclajes estén disponibles.
Desde 2004 no se utilizaban las llamadas “zonas de deriva” para gestionar el tráfico hacia los puertos vecinos.
El director general de SeaIntelligence Consulting, Lars Jensen, sostuvo a Bloomberg que “se trata de un problema que no tiene solución a corto plazo”. El tiempo que demore dependerá de si las navieras mantienen los viajes programados a Estados Unidos o implementen cancelaciones en las próximas semanas.
Para Jensen el mejor escenario sería un descenso estacional de los envíos desde Asia después del Año Nuevo chino, a mediados de febrero.
