La Asociación Nacional de Industrias Manufactureras (NAM) y la Federación Nacional de Minoristas (NRF) han llevado a cabo un estudio que examina las posibles consecuencias de una hipotética huelga en los puertos de la costa oeste si no se llega a un acuerdo sobre las condiciones laborales.
Desde hace unos meses se viene hablando de la necesidad de renovar los contratos y las condiciones laborales de los 13.600 trabajadores que desempeñan su labor en los puertos de la costa oeste norteamericana. Por ello, representantes de la autoridad portuaria y de los sindicatos llevan negociando desde hace unas semanas, pero el acuerdo se está retrasando más de lo previsto.
Una posible huelga en estos puertos resultaría lesiva, no solo para las empresas, sino para la economía del país en general. Según el estudio realizado, una huelga podría suponer una pérdida de hasta 2.500 millones de dólares al día (algo más de 1.800 millones de euros). Un paro de cinco días en los puertos podría reducir el PIB de Estados Unidos en 1.900 millones de dólares al día (casi 1.400 millones de euros) y afectaría al empleo de 73.000 personas.
Desde la NRF ya instaron a las partes negociadoras a alcanzar un acuerdo lo antes posible y las empresas del sector han tomado medidas preventivas, como desviar la carga hacia otros puertos o elaborar un plan de contingencia para el supuesto de que se produzca una huelga.
A medida que las negociaciones se retrasan crece la preocupación en el sector, lo que ha llevado al presidente de la Federación Nacional de Minoristas a declarar que “es importante que las partes en la mesa entiendan completamente las consecuencias económicas de una interrupción del servicio en los puertos. Cualquier interrupción en la cadena de suministro, ya sea una desaceleración del trabajo o una paralización absoluta, paralizaría el comercio internacional, obstaculizaría las cadenas de suministro y afectaría al empleo y al gasto del consumidor”.
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