José Manuel Castellví Poveda, CEO de The Mail Company, considera que las empresas han ido activando proyectos en función de las necesidades específicas de determinadas áreas, si bien no formando parte de una clara estrategia de transformación digital.
Esto está entregando ciertos beneficios específicos con el riesgo de generar “Torres de Babel”, en la medida en que las soluciones, proveedores y tecnologías aplicadas puedan ser inconexas, con la complejidad y costes que puedan representar en su momento integrarlas dentro de una estrategia global.
Por ello, en la mayoría de los casos existe una falta de información en cuanto a volúmenes y procesos, lo que dificulta enormemente cualquier tipo de análisis.
En cualquier caso este tipo de proyectos tiene claramente definidas tres etapas: “ASIS” es decir dar continuidad a los procesos existentes para gestionar un relevo ordenado y evitar disrupciones en el negocio del cliente, una transición donde se optimizan aquellos procesos donde se han detectado oportunidades de mejora, y la transformación en la que se activan ya proyectos de cambio orientados a los objetivos marcados.
El tiempo de implantación depende del alcance del proyecto, de si el cliente quiere limitarse a sustituir sus procesos tradicionales (físicos) por procesos digitales o si desea activar un proyecto de transformación digital.
Básicamente, existen dos factores: la dimensión y complejidad de la organización del cliente y la implicación de la alta dirección en el proyecto. “En términos generales, y si nos ceñimos a una cartería digital estándar, tres meses para organizaciones medianas y seis para organizaciones más complejas”.
The Mail Company ha implantado la tecnología Paperless en todas sus carterías para el control de entrega de documentos y paquetería. Éste es el primer paso dentro del proceso de evolución de sus servicios de cartería hacia el concepto “Cartería 2.0.
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