El Puerto de Baleares (España) ha colocado una red de 25 estaciones para medir la calidad del aire en las cinco instalaciones portuarias de interés general, las cuales administra la propia Autoridad Portuaria. Se trata de una herramienta que detecta la emisión de gases y partículas en la atmósfera, así como la generación de ruido, cuyo fin es facilitar el estudio sobre el impacto medioambiental que provocan las actividades portuarias en el aire de la zona.
Una vez se obtienen los informes de los sensores, los datos se envían a un panel de control publicado en la web del enclave balear, el cual representa los valores medios de los parámetros en cada uno de los puertos y se actualiza cada hora.
La iniciativa se ha llevado a cabo teniendo en cuenta un informe técnico desarrollado en septiembre de 2016. De hecho, la Autoridad Portuaria había realizado una primera implantación piloto de ocho estaciones medidoras en el Puerto de Palma en 2017. Sin embargo, el embarcadero balear ha decidido colocar seis estaciones medidoras en el Puerto de Ibiza, cuatro en los Puertos de Mahón y Alcudia y tres estaciones en la zona de Savina.
En concreto, las 25 estaciones medidoras están dotadas con un total de 250 sensores que reportan datos cada diez minutos y miden el nivel de contaminación y partículas existentes en la atmósfera, los niveles de ruido y las variables atmosféricas como la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y la fuerza y dirección del viento.
Los estudios son una parte fundamental del desarrollo de los enclaves españoles. Por ejemplo, el Puerto de Gijón estudiará la rentabilidad del acceso ferroviario que se encuentra en el mulle norte. La zona ha sufrido más modificaciones porque las necesidades de explotación de los tráficos de graneles sólidos han ido creciendo con el paso del tiempo, lo que ha implicado también la pavimentación en la superficie cercana al cantil del muelle norte.
