En los primeros seis meses de 2019 una alianza público privada se encargará de definir cuál será el diseño de puerto Busch, en Bolivia, luego de un acuerdo firmado por las partes el 31 de diciembre de 2018.
Después de tomar la decisión, el proyecto será desarrollado y convocarán a la licitación para la construcción de la obra, de acuerdo a reportes de la empresa privada.
Son tres alternativas las que están en rigor para la definición del futuro de puerto Busch, del que se sabe que será administrado por personal exclusivamente boliviano.
La primera opción es la ferroportuaria, que ya cuenta con licencia ambiental. Se trata de la construcción de una línea férrea de 137 kilómetros desde Motacucito hasta puerto Busch, que incluye hacer el puerto y necesitará una inversión de 585 millones de dólares.
La segunda alternativa es la carretera que se divide en dos etapas: la primera es de 35 kilómetros desde Puerto Suárez a Mutún, con un costo de 52 millones de dólares; y la segunda, que necesitará una inversión de 580 millones de dólares, es el tramo Mutún-Puerto Suárez, con una longitud de 113 kilómetros. Esta opción también tiene licencia ambiental, pero no contempla la infraestructura para el puerto.
La tercera opción es la fluvial, que precisará de una canal navegable de 80 kilómetros sobre el río Negro hasta la localidad de San Juan y es ahí donde se construirá el nuevo puerto, para lo cual se necesitan 880 millones de dólares, alternativa que aún no cuenta con licencia ambiental.
Las estimaciones indican que en los próximos cinco años el Gobierno y empresarios de Bolivia invertirán en Puerto Busch unos 700 millones de dólares, comenzando con los 250 millones de dólares prometidos por el Ejecutivo nacional.
