El puerto de Santander (España) ha buscado nuevas formas de afrontar la intrusión de polizones, ya que tras la colocación de vallados se han descubierto nuevos puntos de acceso que resultan menos dificultosos para los polizones.
En concreto, la Autoridad Portuaria se ha dado cuenta de que los polizones acceden al recinto a través de los cierres de los muelles de Raos, diseñados como elementos de limitación de espacios más que como vallados de seguridad, que es lo que actualmente se requiere. De hecho, los muelles de Raos se utilizan para el desarrollo de diferentes tráficos con destino a Reino Unido y a otros puertos, que han resultado atractivos para el colectivo de intrusos que aspira como destino final Inglaterra.
De modo que, la Autoridad Portuaria ha decidido llevar a cabo obras de mejora de la seguridad de los muelles de Raos con la instalación de nuevos paneles de chapa perforada sobre los vallados de hormigón armado originales. El trabajo implica mejorar los elementos de cierre para que sean más altos y complique el salto a los intrusos.
En concreto, el enclave santanderino instalará dos filas horizontales de chapas perforadas, superpuestas en altura y ancladas a los peines, con lo que se lograría una altura aproximada de 3,5 metros. Las obras cuentan con un plazo de ejecución de tres meses, un presupuesto base de licitación de 154.818,05 euros y un valor estimado de 127.948,80 euros.
Mientras se cierra este proceso de mejora, el enclave santanderino ha continuado aumentando la variedad de sus servicios. Por ejemplo, el Puerto de Santander ha iniciado la conexión semanal con los puertos de Liverpool (Inglaterra) y Dublín (Irlanda) a través del operador marítimo CldN. Por lo tanto, los clientes ahora cuentan con un servicio directo para el transporte ro-ro de camiones y de contenedores.