El Puerto de Gijón (España) invertirá en la seguridad de su cierre perimetral tras estudiar los posibles riesgos por posibles infracciones o hechos delictivos en la instalación portuaria. Con este fin, los responsables del enclave portuario instalarán un cierre perimetral que incluya sensorización y que aporte mejoras en el medioambiente en algunas zonas que forman el perímetro.
Siguiendo la línea del proyecto de cierre de seguridad perimetral sensorizado que se realizó el pasado mes de enero por Inerco, el enclave gijonés ha presentado la licitación de las obras relacionadas con la instalación de un cierre perimetral mixto de seguridad y protección ambiental sensorizado del puerto El Musel.
Concretamente, los trabajos cuentan con un plazo de ejecución de siete meses, así como con un presupuesto base de licitación de 2.153.531,77 euros y un valor estimado de 1.779.778,33 euros. El objetivo del cierre perimetral de seguridad es cumplir con los estándares necesarios de seguridad y protección de las instalaciones, además de los aspectos técnicos y normativos exigibles.
La instalación se quiere utilizar también para conseguir un mayor aislamiento del puerto hacia la zona habitada, así como una mejora ambiental con la incorporación de aspectos que disminuyan el impacto de la actividad portuaria en el exterior del recinto.
El enclave gijonés procederá al cierre de siete áreas del perímetro y dispondrá de sensorización y supervisión en toda su extensión. Asimismo, el Puerto de Gijón atenderá los desperfectos existentes en las instalaciones ferroviarias del Espigón II, para lo cual planea renovar la infraestructura y así mantener su funcionalidad.
La Autoridad Portuaria reemplazará la vía actual, compuesta por un carril con juntas sobre traviesas de madera y sujeciones rígidas con tirafondos, por una nueva solución de traviesas de hormigón. Además, el enclave proyectará el circuito de vía de dos desvíos.
