Hapag-Lloyd se ha comprometido a utilizar la menor energía posible en su actividad, una iniciativa que forma parte de su apuesta por un transporte marítimo más sostenible. Se trata de un cambio con grandes repercusiones, sobre todo si se tiene en cuenta que la compañía dispone de más de 230 buques, lo cual se traduce a muchos cambios para reducir las emisiones de su flota.
Al igual que otros actores del sector, Hapag-Lloyd tiene en cuenta las recomendaciones de la Organización Marítima Internacional y se ha centrado en desarrollar nuevas mejoras para reducir cualquier impacto negativo en el medio ambiente.
La naviera va por buen camino, ya que entre 2006 y 2016 las emisiones de óxidos de nitrógeno han bajado un 80%, además de que ha disminuido el contenido de azufre en el combustible, tras lanzarse la iniciativa para el sector marítimo el pasado 1 de enero.
La nueva regulación ha triunfado gracias a que ha contado con el apoyo y la colaboración de todos los operadores, quienes han trabajado para que las emisiones de azufre sean cada vez más bajas. Por su parte, la naviera alemana valora el que la industria se haya comprometido a transformar el transporte marítimo en un mercado más limpio. Las expectativas para la próxima temporada se han enfocado en disminuir las emisiones de CO2.
Para lograr este objetivo, el sector debe modificar su forma de construir los buques y la manera de operar. En lo que se refiere a la construcción, debe apostarse por diseños más eficientes de los motores, las hélices y el casco.
Aunque todavía queda mucho por trabajar para reducir las emisiones contaminantes, la naviera está teniendo buenos resultados. De hecho, Hapag-Lloyd ha hecho públicos sus resultados financieros de los nuevos primeros meses del año 2020. Pese a la pandemia y a la situación sanitaria actual en todo el mundo, la naviera ha reportado buenos resultados.
