El Puerto de Málaga (España) asfaltará una nueva zona de almacenamiento en el muelle número siete del recinto malagueño. Por ello, la Autoridad Portuaria ha decidido comenzar un proceso de licitación para la adecuación de la zona.
En realidad, los muelles seis y siete del embarcadero malagueño se conocen por su uso comercial, al realizar actividades portuarias de intercambio entre los sectores de transporte terrestre y marítimo. Es más, la zona se emplea para la manipulación de graneles líquidos y sólidos, los cuales presentan problemas en los terrenos de cimentación.
Los defectos de las instalaciones son graves, sobre todo en el muelle siete, ya que el asfalto presenta hundimientos que producen superficies de rodadura irregulares. Entre los problemas que presenta una vía deteriorada, se destaca el hecho de que incrementan las posibilidades de vuelco de los vehículos que trabajan en la instalación portuaria, además los encharcamientos son más frecuentes y los vehículos se podrían deslizar con más facilidad.
No es la única actuación que la Autoridad Portuaria tiene entre manos, sino que el enclave malagueño quiere ampliar la superficie de depósito de mercancías del muelle siete con un total de 7.000 metros cuadrados, los cuales incluyen las superficies para las rampas.
La captación de nuevos tráficos depende del espacio disponible existente en los recintos portuarios. Por ello, el Puerto de Barcelona (España) agrandará la zona que ocupan las cámaras frigoríficas del Punto de Inspección Fronteriza (PIF), al tener en cuenta que las cadenas de suministro a temperatura controlada han incrementado sus actividades en el transporte intermodal, así como el tránsito de contenedores ‘reefer’.
