A pesar de que las autoridades chinas han modificado una parte de su reglamento en relación con el Área Nacional de Control de Emisiones (DECA), las cuales han entrado en vigor a partir del 1 de enero de 2019, la entidad aún no ha prohibido el uso de scrubbers de ciclo abierto en el transporte marítimo.
Resulta un tanto contradictorio, ya que el Ministerio de Transportes había prohibido el uso de scrubbers en las Áreas de Control de Emisiones (ECAs) del país, cuyo límite cubre la mayor parte de las aguas de China.
No obstante, el Consejo Marítimo Internacional y del Báltico ha explicado que las áreas prohibidas para la carga y descarga de aguas residuales de los scrubbers sólo se encuentran en la parte inferior de las ECAs, es decir, en las aguas portuarias del territorio costero de la DECA, así como en la parte de la bahía de Bohai.
Aunque la situación actual permite el uso de scrubbers, se espera que China restrinja por completo este tipo de sistema de depuración próximamente. Por el momento, las últimas indicaciones por parte de las autoridades son que los buques equipados con scrubbers serían admitidos para transportar y utilizar combustibles de alto contenido de azufre, con la condición de que se sometan a un control de emisiones y los residuos fueran gestionados en conformidad con la regulación vigente.
Las autoridades portuarias disponen de muchas alternativas para mejorar el medioambiente. Por ejemplo, el Puerto de Valencia (España) será el primer enclave europeo en incorporar el uso de hidrógeno para eliminar el impacto medioambiental de las operaciones logísticas. Se trata de un vehículo reach stacker, el cual está dotado de una cabeza tractora de terminal para operaciones ro-ro propulsadas por pilas de hidrógeno.