La demanda de Gas Natural Licuado (GNL) como combustible ha aumentado entre los pequeños importadores españoles, gracias a los bajos precios, el exceso de la oferta y a un cambio radical hacia fuentes energéticas no contaminantes, según indica la consultora Drewry.
De hecho, los proyectos a pequeña escala, los cuales cuentan con una capacidad de producción y regasificación de menos de 500.000 toneladas anuales, son los que suelen llevarse a cabo en zonas con un menor consumo de GNL. Como ejemplo está el municipio de Gibraltar, donde se ha construido una terminal con una capacidad de almacenamiento de 5.000 metros cúbicos, cuya función será proporcionar combustible a la planta cercana al puerto.
Dado que las inversiones para grandes proyectos son más complicadas de conseguir, al exigir contratos de largo plazo para grandes cantidades de GNL, los importadores españoles están centrándose en firmar acuerdos de corto plazo, ya que conllevan un menor riesgo.
A pesar de que la cifra de estos pequeños planes sea limitado actualmente, las instalaciones portuarias están cada vez más interesadas por ser proyectos atractivos y económicos. Un ejemplo de ello es que, Estados Unidos ha autorizado un proyecto para la exportación de GNL a pequeña escala por vía ferroviaria desde el estado de Florida.
A parte de las pequeñas inversiones de GNL, las Autoridades Portuarias se esfuerzan por mejorar la calidad de sus servicios en sus recintos. De hecho, la compañía logística APM Terminals ha optimizado sus instalaciones en el Puerto de Barcelona (España), al aumentar el número de conexiones para contenedores refrigerados y añadir una pasarela nueva con 152 contenedores más, lo que implica un aumento del 31% en la gestión de contenedores.