29 - 03 - 2024

    Xavier Farrés reflexiona sobre colaboración empresarial para la cadena de suministro

    Xavier-Farres

    Xavier Farrés, consultor y responsable de Desarrollo de Negocio en Miebach Consulting España, ha reflexionado sobre la colaboración entre compañías, analizando cuáles son los principales factores de éxito y fracaso y, especialmente, cómo de indispensable será en un futuro próximo para las cadenas de suministro de vanguardia.

    Las cadenas de suministro evolucionan a un ritmo imparable, desarrollando continuamente soluciones para los mercados a los que dan servicio, y las capacidades internas de las compañías han sido tradicionalmente los motores de esta evolución, pero éstas se muestran cada vez más insuficientes para afrontar los nuevos retos.

    En una misma sala se reunían los directores de Logística de una empresa fabricante de gran consumo y de una compañía distribuidora, ambas líderes en España, sentados el uno frente al otro y discutiendo sobre cómo mejorar la operación conjunta de sus cadenas de suministro.

    No era la primera vez que se encontraban en esta situación: llevaban varios años colaborando y, en el pasado, ya habían alcanzado acuerdos beneficiosos para ambos.

    En esta ocasión en concreto estaban revisando los flujos logísticos de las diferentes categorías de productos: desde el lugar de fabricación hasta las tiendas, pero prestando mucha atención a todos los pasos intermedios.

    Muchas compañías están agotando las fuentes de mejora internas y, ante la presión de seguir mejorando sus cadenas de suministro, la única opción que les queda es encontrar nuevas soluciones conjuntamente con otras empresas.

    Lógicamente las empresas han optado por priorizar la coordinación interna de sus procesos y funciones antes de empezar a buscar oportunidades fuera de sus ámbitos naturales de actuación. Y es solo cuando esta coordinación interna ya está optimizada, la atención de las empresas va virando gradualmente hacia las oportunidades existentes en la colaboración con otras.

    Como resultado de estudios y de proyectos llevados a cabo en los últimos años en diferentes ámbitos de la cadena de suministro, se ha podido constatar que las mayores beneficios de la colaboración provienen de las mejoras en las ocupaciones de los camiones, del incremento de las frecuencias de envío, de la reducción de inventarios y de la menor pérdida de caducidad con respecto a las fechas de consumo preferente de los productos.

    Las operaciones que brindan mayor potencial son aquellas que presentan estructuras de envío parecidas que, en muchas ocasiones, se producen entre compañías competidoras, por lo que es importante consultar la legislación antimonopolista de cada mercado para garantizar en todo momento el respeto a la ley.

    La experiencia en este tipo de proyectos permite confirmar que existe potencial de ahorro a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la fabricación hasta las tiendas.

    Los proyectos de transporte compartido ya generan ahorros por sí mismos, pero el mayor potencial existe cuando es posible diseñar un nuevo modelo logístico en su totalidad, utilizando los flujos de varias empresas en diferentes eslabones de la cadena logística.

    Es en esta situación donde el potencial de ahorro estimado puede llegar a un 39% de los costes logísticos combinados de todas las empresas.

    En definitiva, las oportunidades existentes son lo suficientemente significativas como para que las empresas encuentren soluciones a las barreras que impiden la colaboración, especialmente cuando tienen una gran presión por seguir mejorando y se han agotado todas las fuentes de eficiencia interna. Cuando esto sucede es cuando existen las mayores garantías de éxito para que la colaboración se lleve a cabo.

    A parte de la mejora continua argumentada en la sección anterior, los retos a los que las cadenas de suministro tienen que hacer frente añadirán argumentos para  que las empresas colaboren entre sí.

    La sostenibilidad medioambiental es la primera de las razones fundamentales para encaminarse hacia cadenas de suministro colaborativas. La conferencia contra el cambio climático organizada por Naciones Unidas en París en diciembre de 2015 ha marcado un punto de inflexión en la opinión pública respecto al tema medioambiental.

    La presión para reducir la huella de carbono, para el uso responsable de los recursos convencionales y para el incremento de la utilización de la energía renovable va a aumentar sustancialmente en los próximos años.

    No en vano ya existe evidencia de que las empresas que disponen de buenos programas de sostenibilidad son premiadas con una mejor valoración del precio de sus acciones en los mercados de capitales.

    Esta presión va a incrementar la necesidad de colaboración entre empresas para poder seguir mejorando los resultados de sus cadenas de suministro cuando ya han explotado la totalidad o la mayoría de oportunidades internas existentes.

    Además, la capacidad de las empresas para analizar la gran cantidad de datos que se generan gracias a actuales tecnologías va a permitir predecir con mayor precisión los eventos a los que las cadenas de suministro tendrán que dar respuesta.

    Por otra parte, la tecnología se está desarrollando a una velocidad exponencial. El desarrollo digital va a seguir reduciendo los costes de las comunicaciones y la coordinación de actividades, por lo que para las compañías será más fácil encontrar soluciones externas que desarrollarlas internamente.

    Paralelamente, cada vez va a ser más complicado estar a la última en términos de soluciones para un amplio surtido de nuevas tecnologías en constante desarrollo, desde el Internet de las Cosas hasta sofisticados algoritmos de inteligencia artificial, pasando por la revolución robótica aplicada en las operaciones.

    Esto va a fomentar el desarrollo de modelos de cadena de suministro con un nivel de colaboración e, incluso, de cocreación mucho más sofisticados de los que existen hoy en día.

    El incremento de referencias también es una tendencia que ha crecido en los últimos años. Con el auge de Internet, el precio de los artículos está siendo cada vez más transparente, por lo que, para poder desmarcarse de la competencia, se acude a una diferenciación de producto, que el consumidor valora de forma creciente, como parte de una tendencia hacia la personalización.

    A menudo no es eficiente realizar la diferenciación final del producto en las propias plantas de producción y es preferible hacerla en etapas posteriores, en el transcurso de las operaciones logísticas.

    Para que estas operaciones sean eficientes, hará falta una especialización en este tipo de actividades, normalmente por parte de los operadores logísticos. Las empresas deberán colaborar entre ellas para poder diseñar y ejecutar procesos lo más eficientes posible en sus operaciones  compartidas.

    El auge de la economía colaborativa es otra de las tendencias imparables es el desarrollo de modelos económicos donde los diferentes agentes comparten los recursos. Existen estudios que indican que la economía colaborativa va a tener el mismo peso que la economía basada en el alquiler tradicional en 2025.

    De hecho, la Comisión Europea (CE) ha recomendado no prohibir las empresas de economía colaborativa como Uber, que ha sido prohibida en varios países europeos. Además, la CE considera que promover este tipo de empresas contribuirá al crecimiento económico y a la creación de empleo.

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