La inversión extranjera directa en Latinoamérica descendió el año pasado, según se desprende de los datos confirmados por la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) en uno de sus últimos informes.
Los bajos precios de las materias primas, el lento crecimiento económico de economías tan importantes como la de México y la de Brasil, así como un escenario global que apuesta por invertir más en economía tecnológica y digital en los países más desarrollados, han provocado que durante el año pasado la inversión extranjera directa llegada a la región latinoamericana descendiera un 7,9% en comparación con las cifras de 2015.
Pero el dato no es novedoso, el grado de inversión ha estado en descenso en los últimos años y desde su pico máximo en 2011 ha caído un 17%. A ello hay que sumar que los datos para este año tampoco son positivos y la CEPAL prevé que la inversión extranjera directa caiga un 5% en 2017.
Brasil fue durante el año pasado el país de la región que más inversión extranjera recibió, con casi un 50% de la inversión recibida en toda la zona. En el lado contrario se sitúa Argentina, donde los flujos inversores descendieron un 64% en comparación con 2015.
Los países latinoamericanos siguen desarrollando opciones para mostrar su atractivo a los inversores extranjeros. De hecho, Uruguay ha celebrado un foro de inversión europeo.