La Terminal de Valencia del grupo CSP Spain ha recibido un total de cinco grúas híbridas RTGs, las cuales comenzarán a funcionar a partir del próximo mes de octubre. A través de esta compra de maquinaria, valorada en 10,5 millones de euros, la compañía cumple con su plan de inversiones comprendido entre 2023 y 2027, con un monto total que sobrepasa los 120 millones de euros.
El principal objetivo de esta inversión es reducir significativamente las emisiones de efecto invernadero, a través de la modernización de la maquinaria empleada en las actividades de patio. Concretamente, se estima que esta renovación disminuya un 40% el consumo de combustibles fósiles. Es más, esta actualización tendrá un impacto positivo en la productividad, mejorando tanto las operaciones ferroviarias como las terrestres.
Las nuevas grúas, procedentes del buque Schillplate, se han ensamblado con la intención de estar plenamente operativas en octubre. Estas modernas piezas de maquinaria no solo mejorarán la productividad en comparación con sus predecesoras, sino que también serán altamente eficientes en términos de consumo de combustible y protección ambiental, fortaleciendo aún más la seguridad en las operaciones portuarias. Un aspecto a remarcar es que son las primeras grúas RTG de este tipo que estarán en funcionamiento en Europa.
Respecto a sus características, cada una de las cinco nuevas grúas RTG es un puente grúa sobre neumáticos, con una estructura robusta de 135 toneladas de peso. Cuenta con una capacidad de carga de 41 toneladas, una excepcional carga de hasta 51 toneladas, y una altura de elevación de hasta 18,1 metros (equivalente a 5+1 contenedores). Es más, se ha tenido en cuenta el espacio para la operación eficiente, con un gálibo entre patas para 6 contenedores y un paso adecuado para camiones.
Además, las grúas disponen de tecnología avanzada de batería de iones de litio y un sistema de administración de energía que monitorea el nivel de carga y el estado general de las baterías, ayudado por un motor diésel ecoeficiente que carga las baterías según la necesidad. Esto se traduce en una reducción de aproximadamente la mitad en el consumo de gasoil en comparación con las RTGs convencionales.