El sector logístico está caracterizado por la diversidad de elementos que trabajando en conjunto consiguen una gestión de los recursos extraordinaria. Partiendo de su gran diversidad, era de esperar que el estado de alarma en España se reflejara de manera dispar en las actividades logísticas. Por ejemplo, las entregas relacionadas con el comercio electrónico se han llegado a retrasar hasta una semana, mientras que en una situación normal tardaría 24 horas.
Asimismo, las plantas de automoción españolas se han paralizado momentáneamente por causas de salud pública, con cadenas de suministro ‘just in time’, es decir, aprovisionamientos justos para cada ciclo de producción y un modelo industrial en una profunda transformación. En realidad, la situación se expande al resto del sector industrial español, ya que escasea el suministro de piezas y materias primas.
No obstante, el decaimiento de la demanda industrial contrasta con el aumento de la demanda de los hogares, sobre todo en lo relacionado con productos alimentarios y otros bienes esenciales. Tanto es así que, la actividad de la gran distribución ha subido en términos generales, movilizando a las compañías de transporte y almacenamiento que trabajan para este sector. A su vez, se ha conservado la demanda en Europa de los productos alimentarios españoles.
Debido a que el sector logístico es bastante complejo, los agentes aduaneros de 21 países están buscando un nuevo reglamento aduanero para el tráfico del comercio electrónico. Para ello, las entidades han firmado un acuerdo, bajo el nombre la Declaración de República Dominicana, en la cual se reclaman nuevas medidas para un control aduanero efectivo de los flujos de comercio electrónico transfronterizo.
