Roger Pallarés, director de Negocio Internacional de Arola, afirma que el nuevo código aduanero de la Unión Europea (CAU) está todavía en un estadio inicial de implantación, con lo que es pronto para apreciar las mejoras esperadas.
Es justo decir que en las primeras fases de un cambio de normativa a nivel europeo, tan importante como el nuevo CAU, es habitual que surjan algunas dudas en la aplicación de la norma y confusión inicial.
“Sin embargo, confiamos en que supondrá una modernización de los procedimientos y normativas aduaneras, así como una homogenización en los trámites y simplificaciones aduaneras en todo el territorio de la Unión Europea”, comenta Roger Pallarés.
El directivo añade que “las novedades más significativas, bajo mi punto de vista son la relevancia que adquiere la figura del OEA, que pasa a ser el requisito imprescindible para beneficiarse de las simplificaciones que se articulan en el nuevo CAU; la racionalización de los regímenes aduaneros; la creación del REX; el despacho centralizado europeo, la desaparición del DUA para el año 2019 y la necesidad de que todos los procedimientos aduaneros se realicen mediante el tratamiento electrónico de datos”.
Por ello, Pallarés recomienda dejar pasar un tiempo antes de juzgar la nueva normativa. Pero, no cabe duda de que pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de las empresas y los operadores logísticos de estar en constante formación y adaptación.
Desde su primera implementación en 1936, la Cámara de Comercio Internacional (ICC) ha ido publicando actualizaciones periódicas cada 10 años aproximadamente, hasta la última, del pasado 2010. Cada revisión, obedece a la voluntad de adaptación a la nueva realidad del comercio internacional.
Respecto a los cambios producidos con la publicación de los anteriores Incoterms 2000, Pallarés destaca la unificación de los DAF, DES, DEQ, DDU, poco utilizados. Y por otra parte, la creación de DAT, DAP, que aportan mayor flexibilidad.
En el caso de los nuevos términos incluidos en la actualización de 2010, resulta importante la reclasificación de las cuatro categorías anteriores por la nueva clasificación por modalidad de transporte: “Any mode of transport” (EXW, FCA, CPT, CIP, DAP, DAT y DDP) y “Sea and Inland Waterway Transport Only” (FAS, FOB, CFR y CIF). También, la nueva descripción para el FOB, que matiza el lugar de estiba en el puerto de salida y pretende adecuarse a la estiba moderna, además de resolver una duda recurrente.
“Resaltaría el hecho de que en la redacción de los Incoterms 2010 se desaconseje la utilización del Incoterm EXW para ventas extracomunitarias, entre otras, haciendo mención a la importancia del control por parte de la empresa vendedora de un proceso tan sensible como el despacho de aduanas. Algo que me parece crucial, pues es algo que nosotros también aconsejamos”, indica el directivo de Arola.
Sin duda, el despacho de aduanas es uno de los procesos más importantes en cualquier transporte internacional y el que más influencia puede tener en el coste total de la operación. Por eso, el estudio de los distintos aspectos aduaneros es fundamental para el control del coste final de la mercancía.
En primer lugar, es importante realizar una correcta clasificación arancelaria de los productos, determinar su valor en aduana y el origen de las mercancías. Con ello, se podrán conocer los derechos de arancel que incidirán en el coste final, así como la posibilidad de beneficiarse del origen preferencial, tanto a la importación como a la exportación de las materias primas y de los productos terminados.
En segundo lugar, deben valorarse los distintos regímenes especiales que la legislación aduanera ofrece a las operaciones, permitiendo reducir o eliminar los costes arancelarios de las mercancías importadas en función del uso y destino final de las mismas.
Además, la empresa tiene que conocer toda la normativa complementaria que afecta a la entrada y salida de las mercancías de la Unión Europea, como puede ser el doble uso, los precursores de drogas o los productos químicos peligrosos. Así como, la legislación fitosanitaria y de calidad de los productos.
Igual de importante resulta valorar las ventajas que la figura del Operador Económico Autorizado supone para la empresa, ya que actualmente pasa a ser el requisito imprescindible para beneficiarse de las simplificaciones que se articulan en el nuevo CAU, concluye Roger Pallarés.
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