Hace ya unos cuantos años (2009) cuando la compañía china de bajo costo, Spring Airlines, propuso asientos verticales en su naves. La idea se quedó en eso, una idea. Se trataba de una estructura en la que los pasajeros podrían apoyarse pero no sentarse, como ocurre actualmente.
Más recientemente, Ryanair anunció que podría colocar este tipo de asientos en aviones que cubran rutas de menos de 90 minutos, siempre y cuando las autoridades aeronáuticas lo permitieran. Eso no ha ocurrido aún.
Ahora, se avivó el debate con la muestra Aircraft Interiors Expo, en Hamburgo, donde la firma de mobiliario aeronáutico Aviointeriors llamó la atención de los asistentes con unos asientos en los que los pasajeros no se podrán sentar, sino que viajarán prácticamente de pie.
La base de estos asientos es un poco más ancha que un sillín de bicicleta, con un respaldo totalmente vertical. Se pueden instalar cada 58,4 centímetros uno del otro. Y bajo cada estructura hay una superficie inclinada para que el pasajero de detrás coloque sus pies.
Estas características hacen que el Skyrider 2.0, como ha sido bautizado el asiento, sea de ultradensidad, ya que permitirá que más personas quepan en menos espacio, hasta 20% más de capacidad. Además pesa la mitad de uno tradicional, y el costo de mantenimiento es mucho más bajo.
La distancia entre asientos dificultarían las actividades que las personas tradicionalmente realizan durante un vuelo, como leer dormir o ver una película en una tableta. Incluso puede ser complicado para quien no está más cerca del pasillo ir al baño.
Aunque no está previsto que se usen en aviones a corto o mediano plazo, Aviointeriors está convencida de que acabará siendo una realidad en el mundo.