El sistema portuario español se ha posicionado como uno de los principales mercados de entrada y salida de productos hortofrutícolas para Europa, ya que los enclaves de titularidad pública manipularon un total de 11,5 millones de toneladas de frutas, hortalizas y legumbres el año pasado, lo cual indica un crecimiento del 12,5% anual, en comparación con el ejercicio de 2017.
De la cantidad mencionada anteriormente, más de 5,2 millones de toneladas pertenecieron a mercancías en tránsito, lo que supone el 45,5% del tráfico español. Se trata de un registro que convierte a España como uno de los principales países suministradores de esta clase de productos al resto de Europa.
Los buenos resultados se han extendido hasta el presente año, ya que el tránsito de frutas, hortalizas y legumbres ha logrado canalizar un total de 7,2 millones de toneladas en los siete primeros meses de 2019, lo que se traduce a un incremento del 6,5, respecto a la misma etapa de 2018.
El tráfico hortofrutícola ha incidido en diferentes aspectos, como en la creación de una extensa red de conexiones ‘reefer’ en los recintos portuarios, así como de compañías de almacenaje frigorífico en los enclaves y en las zonas logísticas afiliadas a ellas.
Aunque España ha mejorado el tránsito de sus mercancías, el sector marítimo se encuentra en una situación estresante, debido a que los puertos europeos se inquietan por la calidad del aire y el consumo energético que producen las actividades marítimas, según ha indicado la Organización Europea de Puertos Marítimos en su informe medioambiental de 2019, el cual expresa las prioridades de las Autoridades Portuarias europeas en este sentido.
