Desde el comienzo de la pandemia, la situación del transporte marítimo ha cambiado tanto que ahora sus problemas temporales se han convertido en permanentes, perjudicando la actividad de exportadores e importadores, según explica la Asociación de Transitarios de Aragón (Ateia Aragón).
La entidad destaca la falta de espacio disponible en buques y contenedores, que provocan incumplimientos en los plazos de entrega. Asimismo, las instalaciones han aumentado los tiempos de tránsito y trasbordo, obligando al cargador a dedicar más recursos al aprovisionamiento y a una menor rotación de los productos.
Por su parte, las navieras están reestructurando continuamente sus servicios y escalas, sin que el cliente reciba ninguna contraprestación por ello. También hay que añadir el aumento de costes por las cancelaciones y modificaciones. Igualmente, se ha producido una despersonalización de los servicios de atención al cliente, que cada vez más a menudo se encuentran con problemas por la falta de información disponible y con dificultades para encontrar soluciones.
Estos aspectos expuestos y muchos otros han cambiado radicalmente los tiempos y costes, con un impacto directo en las cadenas de suministro que ha provocado problemas de stock y paralizaciones en las fábricas, así como el desabastecimiento de determinados productos y el aumento de los costes.
En este punto, Ateia Aragón seguirá estudiando el cambio en el modelo de negocio marítimo y sus implicaciones para el tejido empresarial exportador e importador, con el fin de mantener informadas a asociaciones, foros y grupos de trabajo.
Por otro lado, el presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Rafael Carmona, el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y el presidente del grupo empresarial Global Omnium, Eugenio Calabuig, han firmado hoy un acuerdo para el desarrollo y la promoción de programas de apoyo al emprendimiento tecnológico en el Puerto de Sevilla.