México está impulsando las Zonas Económicas Especiales (ZEE) como medio para conseguir un mayor desarrollo económico, social y logístico. El Instituto Belisario Dominguez del Senado de la República (IBD) considera que el proyecto también tiene riesgos.
El gobierno de México está evaluando la posibilidad de crear nuevas zonas ZEE en algunas de las zonas menos desarrolladas del país. Chiapas, Guerrero y Oaxaca podrían ser tres de los Estados más beneficiados por este tipo de medidas al mejorarse sus comunicaciones y promoverse el desarrollo regional.
Las ZEE ofertan beneficios fiscales, aduaneros y administrativos a empresas nacionales y extranjeras que se establezcan en su territorio. La mayor presencia de empresas implica un mayor nivel de inversión pública y privada, lo que contribuye al desarrollo económico y social de las poblaciones que albergan las Zonas Económicas Especiales.
El informe del IBD destaca que la creación de ZEE puede suponer un gran impulso para el desarrollo económico, pero no está exenta de riesgos. El informe señala que el establecimiento de Zonas Económicas Especiales atendiendo a criterios políticos y no económicos puede dar lugar a que las empresas no se sientan atraídas hacía ciertos lugares y que en ese caso se haya hecho un importante gasto público en infraestructuras que no van a ser utilizadas.
El desarrollo económico de México requiere de mejoras en varios aspectos. De hecho, México ha creado un Laboratorio Nacional de Sistemas de Transporte y Logística para analizar nuevas posibilidades de desarrollo.
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