Cuando hablamos de carretillas, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de una clásica carretilla contrapesada. Gracias a ellas se pueden transportar pesados palés y artículos voluminosos dentro de un almacén. Que sus palas puedan elevarse, son la clave para que el almacenamiento pueda llevarse a cabo verticalmente, aprovechando al máximo las alturas.
Probablemente, si el almacén es grande y dispone de grandes pasillos, no sea necesario pensar en otras alternativas. Entre otras cosas porque la maniobrabilidad de la máquina es posible. Sin embargo, algunas empresas disponen de menos espacio o tienen que aprovechar al máximo el que tienen. Ahí es donde las carretillas elevadoras retráctiles juegan un papel importante.
Entre las diferencias más evidentes que encontramos frente a las de contrapeso, está el que son más estrechas y su manejo es lateral. Al ocupar menos, podrán entrar en pasillos menos espaciosos y de esta manera se aprocherá hasta el último centímetro. El que su manejo sea lateral minimiza el espacio de maniobra.
Como vemos, si disponemos de una carretilla elevadora retráctil, no será necesario que una empresa disponga de muchos metros de almacenaje. Esto supondrá un ahorro notable que podrá emplearse para reforzar otras áreas de la empresa.