Los términos Procura Electrónica (e-Procurement) y sostenibilidad son de uso frecuente en estos tiempos de tecnología y avances digitales. El primero tiene un objetivo económico y operativo en el corto plazo, mientras el segundo una meta social y ambiental a largo plazo.
A pesar de esas diferencias, es posible que los conceptos puedan complementarse y lograr impactos positivos en la cadena de suministro.
El e-Procurement es un término relativamente nuevo. Se basa en el Internet, y las compañías de venta a través de esta tecnología, que hoy son los gigantes del mercado, como Amazon y eBay. Antes de ellas, las subastas se hacían en un local físico con limitaciones de acceso y participantes.
Al no tener que estar en un sitio para hacer una compra o conocer de un producto, las transacciones comerciales de forma electrónica se incrementaron y masificaron. Por lo tanto, surge y se fortalece la idea del e-Procurement, generando soluciones como el de la compra al pago (Procure to Pay), la gestión de proveedores y el abastecimiento electrónico (e-Sourcing).
Esto también ayuda a la sostenibilidad, pues la disponibilidad de herramientas virtuales para la gestión de proveedores, las empresas tienen la ocasión de no solo llegar donde antes no se podía, sino también de extender las buenas prácticas y compartirlas.
Es así como esta solución permite tener datos en un solo repositorio y dar visibilidad a temas sociales como: cumplimiento de pago de parafiscales de los empleados, número de empleados de la región, normas de contratación laboral, entre otros.
La comunicación entre todos los eslabones de la cadena de suministro es crucial, y esta es una forma de tener información actualizada y veraz, y de compartirla con las partes interesadas.