La bicicleta, por ser el medio de transporte más limpio que existe, se está reinventando en su versión de carga, para los procesos logísticos en las ciudades, de acuerdo a un informe del Banco Mundial.
Con estos artefactos se reduce la necesidad de tener camiones de reparto contaminantes y ruidosos que contribuyen a la congestión vehicular en las ciudades. Además, hacen que las calles estén más limpias y sean más seguras para los peatones y los ciclistas que las transitan.
Las características que destaca el Banco Mundial incluyen, además, es que, por tratarse de un vehículo de tracción humana y que no usa combustible, podría beneficiar aún más a nuestras ciudades que otras tecnologías disruptivas.
El informe resalta una investigación encargada por la Unión Europea que concluyó que 25% de todos los artículos podrían ser repartidos mediante bicicletas utilitarias y que el 50% de todas las cargas de poco peso podrían ser realizadas por dichos vehículos en los entornos urbanos.