El mundo podría vivir en los próximos años una rivalidad en el sector del almacenamiento de energía no hidroeléctrica, con la puesta en marcha de dos plantas de almacenamiento de energía mediante aire comprimido.
Las nuevas instalaciones está capacitadas para contener hasta 10 gigavatios hora de energía. Funcionan con una tecnología llamada A-CAES (advanced compressed air energy storage, o en español: almacenamiento avanzado de energía en aire comprimido).
El aire comprimido forma parte de un tipo de almacenamiento de energía cada vez más conocido: las baterías estabilizadoras de red. Al igual que la granja de baterías de Elon Musk en Australia y otras instalaciones de almacenamiento de energía en exceso, el objetivo de una central de aire comprimido es tomar la energía extra en los momentos de exceso y devolverla a la red durante los picos de consumo.
Y de esa manera funciona esta revolucionaria tecnología: La energía extra de la red eléctrica hace funcionar un compresor de aire, y el aire comprimido se almacena en la planta. Más tarde, cuando se necesita energía, el aire comprimido hace funcionar una turbina generadora de energía. Además, la instalación almacena el calor del aire para ayudar a suavizar el proceso de la turbina más adelante.