Es claro que el presidente Joe Biden no ha esperado mucho para tomar decisiones que lleven a Estados Unidos a otro rumbo muy diferente al que tenía bajo las riendas del republiano Donald Trump.
Y en política energética el cambio ya se ve venir, pues la administración Biden prepara las condiciones para impulsar la industria eólica marina de Estados Unidos.
Ya estableció la energía eólica marina como una política prioritaria en una de sus primeras acciones ejecutivas para abordar la crisis climática.
Con nuevas normas, el gobierno federal busca acelerar las revisiones ambientales para hacer de esta fuente de energía un contribuyente significativo a los nuevos objetivos de energía limpia.
La prensa estadounidense recuerda que en el país aún no se ha dado el despegue de la energía eólica marina. Solo existen dos pequeños parques eólicos marinos en funcionamiento con menos de 50 megavatios (MW) de capacidad combinada.
Por ejemplo, Europa tiene 113 parques eólicos marinos instalados en 12 países, con 25 GW de capacidad eólica marina total.
Al contrario, la potencia bate récords en instalaciones eólicas, solares y de almacenamiento en tierra, con récords para cada una de ellas en 2020, según la Asociación Estadounidense de Energía Limpia.
Pero la energía eólica marina se ha quedado considerablemente rezagada, también debido a las extensas revisiones ambientales de las agencias federales y la ponderación de los pros y los contras de tener instalaciones eólicas marinas a la vista de las playas o en áreas de pesca comercial.
